
Siempre oímos decir, "no todos estamos preparados para ser ricos y famosos", pues a algunos los humos se nos van a la cabeza y cometemos muchas excentricidades. Todo viene a relucir, luego que Samuel Sosa Peralta, conocido como Sammy, en el argot deportivo, decidiera cambiar el color de su piel, con una crema mágica, de negro a blanco.
Nos imaginamos, que los cosmetólogos del mundo están detrás de él, para comprarle o asociarse a su nuevo descubrimiento.
Al conversar con un sicólogo, entendí un poco mejor al ex pelotero. Sostiene el amigo, que este personaje sería magnífico para un buen análisis sicológico, si tomamos en cuenta sus condiciones sociales y económicas en que vivió parte de su vida.
Es frecuente cuando surgimos de la nada, sobre todo, si no contamos con un buen grado académico, que al escalar a cierta posición económica, actuar con cierto excentricismo. Generalmente este tipo de personas, pueden adquirir muchos bienes materiales, pero interiormente continúan siendo extremadamente pobres de espíritu.
Es tal su complejo de inferioridad, que pese a su fama y fortuna, son personas con el autoestima muy baja, que para ser y sentirse “alguien” tienen que dar demostraciones de ostentaciones, como fiestas con personalidades del jet set internacional, así “vivir” un sueño imaginario, donde las adulonerías están a la orden del día.
Pretender renegar de sus orígenes cambiando el color de la piel es inaudito y delata la pobreza intelectual y espiritual del individuo, a menos que con esto, Sammy intente opacar los escándalos surgidos a raíz del bate con corchos o el uso de sustancias prohibidas en el beisbol.
Cambiar de negro a blanco, por medio del sistema láser, aunque él asegura "es una crema que uso al "acotame" en la noche”, esto no cambia en nada su condición, si no ha sido capaz de preocuparse un poquito por aprender a pronunciar su idioma.
Cambiar de negro a blanco, por medio del sistema láser, aunque él asegura "es una crema que uso al "acotame" en la noche”, esto no cambia en nada su condición, si no ha sido capaz de preocuparse un poquito por aprender a pronunciar su idioma.
Nos imaginamos que su famosa crema será repartida a la familia completa, para renegar definitivamente su ascendencia. Como le asquea el color negro, tal vez el ex pelotero no abrazará a la mujer que le dio el ser, debido a su color oscuro, menos lo hará con los nativos de San Pedro de Macorís, su pueblo natal.
Le recomendaría invertir un poco de su fortuna contratando profesores, para que le enseñen hablar y pueda adquirir cultura general y así estar “a la par” con los riquitos blanquitos. Por ahora no pasa de ser el hazme reír de todos, poniendo las eses donde no van y omitiéndolas donde deben ir.
Cuando no se tiene nivel académico, el dinero no es suficiente y para muestra, Martin Luther king, Louis Armstrong, Nelson Mandela y Barack Obama, hombres negros, que ocuparon y ocupan un gran sitial en la historia, para escalar no tuvieron que cambiar el color de su piel.
Sólo se empeñaron en sus grandezas como seres humanos y en la superación personal. Esta combinación los hizo únicos y excepcionales, y pudieron traspasar barreras, pero esto el ex pelotero no lo podría entender nunca, porque como dice el pueblo, aunque te vistas de seda…mona, te quedas.
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